Triqui-Traques inauguró el tiempo del concurso, después de que la «Fufa» actuara como telonera. Su director musical, Óscar Gómez, ya garantiza la mitad del éxito, pues le ha inyectado magia al grupo. Desde el primer acorde hasta el último momento Triquis fue más comercial y cercano que nunca. Se reiventan con Mengíbar y se reencuentran con el show.
La presentación, previa al pasacalle, fue una declaración de amor al Carnaval.El primer tema, de David Mengíbar, supuso una apuesta arriesgada. «Triste realidad» es la clásica canción que un murguero purista diría que es para fase porque permite deleitarse en la letra. Ser los primeros del concurso les favoreció para reforzar un tema que incluye «perlas» como el viaje del joven que va a Alemania sin saber alemán porque allí «valoran el sudor» y la cesta llega a final de mes. Tras recomendar a Rajoy que tome nota en Berlín, así como recordar la situación de okupas y desahucios, hacen un giro: «Añoro mi tierra» desde la distancia, a pesar de los políticos, «porque quiero a Canarias».
Su segundo tema, «Los inventores», resultó delirante en cuanto a humor. Arrancaron en busca de su identidad de murga show. Un poco desordenado. Más espectacular el laboratorio que la letra, coreografía y humor en la puesta en escena. La parte delirante fue el final, un repaso por las virtudes de cada Isla -de Las Palmas, el pío, pío-. Triquis se reencuentra con una época gloriosa cuando el humor de la factoría va de la mano de Mengíbar, anoche, Mengíbar Junior.