Rosenda Campos fue proclamada Reina de los Mayores del Carnaval del Futuro después de una gala deslavazada, más bien aburrida y con escasos momentos álgidos, pese al esfuerzo e ilusión de los grupos.
Solo el corto repertorio del incombustible Pepe Benavente logró levantar ayer al público
Los presentadores repitieron varias veces ayer una frase:“La Gala de los Mayores no puede desaparecer”. Completamente de acuerdo, aunque habría que añadir:“Pero hay que mejorarla”. Salvando los grupos por su inquebrantable esfuerzo e ilusión y, por supuesto, el buen hacer sobre las tablas de las tres candidatas, fueron dos horas y media largas de espectáculo deslavazado, aburrido por momentos y que en muy pocas ocasiones logró conectar con el público presente en el recinto ferial. Sin embargo, lo primero es lo primero:resultó elegida Reina de los Mayores del Carnaval del Futuro 2015 Rosenda Campos Díaz, en representación de Restaurante Bar Parada, Ayuntamiento de Güímar, Güican Servicios y Radio 6 Tenerife.
A las cinco y media partió con puntualidad una nave espacial dirigida por Lucas Balboa que perdió poco a poco el rumbo en medio de un escenario con aires futuristas, pantallas a ambos lados y varios esféricos enormes en el centro. Un ballet disfrazado con una mezcla entre la Superbowl y uniforme médico antiébola abrió el show.
Hasta hora y media más tarde no salieron al escenario las tres candidatas: Rosenda, luego la reina, en tercer lugar, después de María Gutiérrez Machín (Programa de Dinamización de Mayores La Laguna), primera dama de honor, y Elvira María Fernández Mesa (AVEl Drago), segunda dama.
Antes y después, dos grandes líneas argumentales en lo musical y en lo estético:los años 80 y Rafaella Carrá versión “chumba chumba”. Omejor, tres, con los aires venezolanos, mexicanos o verbeneros de los nueve grupos de mayores que actuaron por este orden:Las Nieves, Mayores del 2000, Volcanes del Teide, Tercera Edad de Tegueste (estupendo cuerpo de baile), Antón Guanche, Hogar Padre Anchieta, Ansinalegría (gran momento su coreografía), Parranda Acaymo y Monte Nevado.
Salieron bailarines de la tierra (MMDanza y Ballet Lulaya Funk)y se oyeron jóvenes voces canarias como las de Mara Ferrándiz o Miriam Reyes que intentaron acercarse a las grandes divas de la música de los 80, las Irene Cara, Gloria Gaynor o Donna Summer. Costó “reconocerlas”. Se colaron Alaska, producto nacional, y los imitadores de Village People (más de los setenta) con el mismo disfraz antiébola de antes. Hubiera hecho falta la Carrá, de la tercera edad y en plena forma. Hubo que conformarse con el play back recurrente de “En el amor todo es empezar”.
Entre bloque y bloque (poco reconocibles) el ballet descrito y otro con ropajes galácticos. Hay que valorar el esfuerzo de los no profesionales, incluidos los dos acompañantes de Miriam Reyes.
En sillas y gradas unas 3.000 personas –lugar destacado para los políticos (sin los del PSOE)–, entusiastas “con lo suyo” y más bien fríos el resto de la tarde, salvo el momento “Polvorete” y “Solo te pido” de un incombustible Pepe Benavente (y su peculiar ballet) que sigue teniendo a buena parte de “su gente” entre los mayores.
Llegó por fin la coronación –que precedieron el cierre de la comparsa orotavense Sons del Valle y un canto conjunto del himno pop “Last Dance”–, dos horas y cincuenta minutos después. ¿Y los presentadores?Sosos Carmen Fariña y Víctor Cabo. Con algún toque de humor acertado Regina Monasterio, pero, en general, exceso de tópicos, “vivas” y “manos arriba”.