Fueron los últimos en actuar, pero cuando llegaron al escenario ya sonaron como una bomba. Su pasacalles irradiaba magia. El primer tema, mucho mejor que el segundo. Dirigidos por Josechu Álvarez, su primera letra estuvo dedicada al whatsapp para desglosar situaciones comprometidas entre políticos. El arranque fue más desenfadado, con un puente desde el escenario a la grada, donde supuestamente había un grupo de canariones que venían a comprar la entrada. Ellos formaban el grupo de whatsapp que tenía La Traviata en su móvil. Siguieron con el diálogo en el móvil entre Soria y Paulino, con melodía pegadiza, donde uno decía “hay un poco de petróleo en el fondo del mar”. Otro giro, y al vibrador, modo en el que dicen que tienen activado sus móviles los canariones y también Manolo Artiles, que esperan que los llamen. De ahí, al estado de Zerolo, con la foto oroginal que aparece en su móvil, y recordaron el caso García Cabrera, Las Teresitas… y mensaje final: Los políticos por puntos no los cambian como los móviles. Muy bien.
Dedicaron su segundo tema a rendir homenaje a las murgas ganadoras de los premios criticón, pero solo se centraron en el Paro de Chinchosos, 1991; la sanidad, de Singuangos, de 2003; y La Foca, de Ni Picas, en 1992. Recrearon los originales para mostrar que todo sigue igual. Un poco tediosos al final, ni la zumba llegó, pero La Traviat ha sido la murga revelación de este año.
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