Desde hace cinco años, Manolo Mendoza, de La Gomera, se organiza para, desde que la murga chicharrera Los que Son Son comienza a ensayar, cambiar el turno en su panadería y trasladarse cada viernes a Santa Cruz. Y así, todas las semanas, incluso los días festivos y puentes.
Propietario de la Dulcería Mendoza, que regenta en la capital gomera, debe a su primo Loren –que hoy milita en Ni Fú-Ni Fá– haber conocido a Acaymo Correa, director musical de Los Que Son. “Él no sabía que yo era de La Gomera. Me vio en un ensayo y me dijo que por qué no salía con ellos. Le comenté que era de La Gomera y me planteó: ¿Puedes venir a ensayar los viernes?, le dije que sí y me dijo: Estás dentro de la murga”, casi emocionado Manolo.
Este ejemplo de dedicación al género rey del Carnaval recuerda que en su isla natal se vivió una época dorada con las murgas, y recuerda que Las Divertidas tienen ya más de 30 años de historia. Él mismo fue fundador y director de Titicones, pero… ser murguero en una localidad pequeña puede despertar filias y también fobias de quien es objeto de las críticas, por lo que algún recado recibió en alguna oportunidad. “El último barco del viernes de la final sale lleno de La Gomera a Tenerife”, dice, como ejemplo de la afición que existe en la isla colombina. Él la vive en primera persona; desde la fila.
