La sardina, diseño de Elena González y de pequeñas dimensiones, recorrió el centro de Santa Cruz entre llantos y desmayos de alegría.
Lo que comenzó como un duelo de centenares de viudas en la calle Juan Pablo II terminó como una demostración de ingenio de los participantes del Entierro de la Sardida en la capital tinerfeña, hasta su incineración cerca del antiguo hospital civil. Cada vez ganan más protagonismo personajes como las Celias o los “botones” Manolo Peña y Fermín Hernández, de Mamelucos, con corona incluida… Son los nuevos rostros de un desfile en el que se dejó sentir a grandes del Carnaval, como el Charlot de Tenerife, Pedro Gómez Cuenca, o Miss Peggy, uno de los personajes más entrañables, que desde hace dos años sigue los actos desde casa. Los tiempo cambian. Los protagonistas también desde el recuerdo a quienes han hecho grande este acto. Tanto ha cambiado la sardina… Casi es más grande su piercing que ella misma.