La calle de La Noria, uno de los puntos neurálgicos del Carnaval, vivió anoche el tradicional mano a mano que desde hace ya cuatro años protagoniza la UA El Cabo, Bambones, Diablos Locos y Los Lejías.
Entre marchas murgueras a ritmo de caja, bombo y platillo y hasta música en la zona, después de las nueve y media de la noche comenzó a cantar la rondalla que se ha alzado esta edición con todos los primeros premios, bajo la dirección del maestro Israel Espino.
Había sido una jornada intensa para esta formación lírica que, ajena al calendario de actuaciones que programa el Organismo Autónomo de Fiestas, se trasladó a las cinco de la tarde de ayer hasta la plaza de Santa María del Mar para cantarle a Mary, “la Perra Chica”, vecina que vivió en Cuatro Torres y que, a sus 82 años edad, reside en el citado barrio del Suroeste. Perteneciente a la familia de la que mantiene su sobrenombre, ha sido una incondicional de la rondalla.
Nacida en la calle de Los Pescadores, número 46 –actual Buenos Aires–, era vecina del maestro Faustino Torres e impulsora de la rondalla cuando dejó de salir. Su memoria mantiene el recuerdo del pasacalle, Cosacos, entre otras obras; y cuando llega el Carnaval espera que pase por el barrio la rondalla, como antaño, y como ayer hizo en su honor El Cabo. Luego, otra visita emotiva, el centro de mayores que está en la plaza militar, para concluir dándolo todo anoche en La Noria.