A pesar del mal tiempo, La Orotava prendió anoche el Crispín y Puerto de la Cruz calcinó su Sardina. Los Realejos sí aplazó la incineración del Rascayú al domingo.
Dos de los tres municipios del Valle de La Orotava celebraron anoche los entierros con incineración más alegres del año, aunque deslucidos y con mucho menos público del habitual por la lluvia y el mal tiempo. La Orotava quemó el Crispín y el Puerto de la Cruz calcinó su Sardina, pero el agua sí impidió que Los Realejos llevara a la hoguera el Rascayú. Este acto se aplaza al domingo día 17 a las 19:00 horas, con el recorrido habitual.
La Villa desafió a la lluvia y celebró la quema del Crispín, una tradición de 1979 que este año volvió a salir de La Cancela y acabó en la plaza del Quiosco. La sardina portuense también partió de Martiánez y ardió en el muelle, en una noche pasada por agua.