“Lo único que tengo en mi mente ahora mismo es que Saida esté bien y que su familia pase este mal rato con la escasa tranquilidad que se puede tener después de un suceso tan dramático”. Así de emocionado y directo se expresaba ayer Maxim Huerta tras presenciar en vivo el suceso acaecido el miércoles en el recinto ferial de la capital tinerfeña: “Al ver la altura que cogieron las llamas me quedé impactado; aterrorizado por una imagen que no consigo olvidar”, relata uno de los presentadores de la Gala.
¿Cómo ha vivido las horas que siguieron al incidente?
Para mí lo más importante en estos momentos es la salud de Saida y que su madre, Dulce, encuentre la tranquilidad necesaria para estar a su lado en estos instantes tan duros. Sabemos que será una recuperación lenta, pero estoy convencido de que muy pronto recibirá en persona el cariño de todos los tinerfeños.
Desde el punto de vista profesional, ¿qué impresión se lleva de su última estancia en Tenerife?
Presentar la Gala era un acto que me llenaba de orgullo porque soy un enamorado de Tenerife y de su carnaval, pero la escena que viví en el recinto ferial me superó. A pesar de que en todo momento me limité a decir lo que escuché por el pinganillo, interiormente me sentí descompuesto por lo que acababa de presenciar. Las órdenes que me facilitaron por un canal interno tenían como objeto no alarmar a las más de diez mil personas que se encontraban en el edificio y yo cumplí con mi cometido. A mí me obligaron a decir “ha habido un pequeño problema, pero hay que continuar”… Yo me limité a cumplir las órdenes de la dirección del acto y de la alcaldía.
Imagino que en ese momento hubo una confrontación entre su faceta como comunicador y lo que le pedía el corazón, ¿no?
Alarmar a más de diez mil personas hubiera sido la decisión más desafortunada del mundo…
¿Le costó mucho hacer valer su lado profesional ante el suceso que se estaba produciendo?
Esa noche fui lo más profesional que sé; tenía que estar sereno ante una gran tragedia.
¿Usted fue consciente del volumen del incidente?
Yo vi cómo el traje empezaba a arder y a unos bomberos tratando de apagar las llamas… Luego, me tocó salir al escenario y transmitir las órdenes que me dieron. La gravedad de las heridas de una persona quemada no se pueden calibrar al cien por cien en un primer reconocimiento y a mí me dijeron que Saida Prieto tenía quemaduras superficiales, de primer grado.
¿Está informado de su estado?
Sí, me han dicho que, dentro de la gravedad, ha habido una evolución. Mi único deseo es la recuperación de Saida y que sienta el cariño del pueblo tinerfeño.
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